lunes, septiembre 23, 2013

Cómo manejarse con un jefe complicado

Lidiar con un jefe complicado hace la tarea laboral más tediosa e insoportable. Pero si no puedes abandonar tu trabajo, deberás adaptarte.

Cómo convivir con un jefe complicado

Tener un jefe simpático, justo, agradable y comprensivo es, quizás, el sueño de muchísimas personas. En especial, es el deseo de quienes deben lidiar a diario con un jefe malhumorado, soberbio y totalmente complicado. Pero hay maneras de llevar a cabo tus actividades sin dejarte amedrentar por esta innegable situación.

El jefe es una persona y, como cualquier otra, tiene su carácter, hábitos de conducta y personalidad; no puedes cambiarlo a gusto. Además, cuando se trata de personas complicadas, no es posible aconsejarles (desde tu papel de empleado suyo) sobre posibles cambios a efectuar: hasta tu puesto de trabajo podría peligrar si lo haces.

Cambia tú en lugar del trabajo

Por ello, el mejor camino para lidiar con un jefe malhumorado y soberbio, es cambiar tú mismo. No, no nos referimos a que te vuelvas soberbio tú también, sino a que debes ser quien aprenda a lidiar con este jefe, dejando de lado las quejas y los dolores de cabeza. Pero, ¿cómo puedes hacerlo?

Pues si la situación se torna demasiado complicada, puedes abandonar tu puesto de trabajo. Recuerda que siempre tienes el poder de presentar la renuncia, con todo lo que ello lleva asociado. Pero “podrías” hacerlo, y esto es una herramienta a tu favor. ¿Sabes cómo?. Al hacerte sentir menos atado, más libre sobre tus propias decisiones. Debes pensar que no estás atado a este trabajo y tu jefe, sino que eres libre de irte, pero eliges quedarte allí y sobreponerte a la situación. Puede sonar simplista, pero una vez que lo pongas en práctica notarás una gran diferencia en tus humores diarios.

Si te enfrentas a tu jefe, simplemente estarías empeorando el problema. Debes enfrentarte cuando obstaculice tu desempeño o tu bienestar, pero no cuando simplemente te cae mal en sus conductas. Por otro lado, tampoco debes someterte y entregarte a sus deseos. Debes hallar el camino medio, entre la desestimación de aquello molesto que no contribuye (pero tampoco resta), y lo que sí merece tu acción.


El consejo de oro es “hacer lo tuyo”. Esto significa realizar tus tareas de la mejor manera posible, y evitar las confrontaciones innecesarias que tampoco serán de utilidad para mejorar la convivencia laboral. Si realmente se trata de una persona complicada, puedes procurar evitar el contacto social. Limítate a charlas sobre tus labores, y se eficiente en tus actividades. Si no dejas espacio a las críticas, mediante un gran trabajo, entonces tu jefe no será un constante problema (u obstáculo) en tu desempeño laboral.

Deja de Pensar y comienza a Hacer..

Es sorprendente cuanta gente se pasa el tiempo pensando en sus “opciones” de negocio, y por el contrario, no toma las acciones necesarias para alcanzar sus metas. La próxima vez que te veas a ti mismo diciendo: “me pregunto, que pasaría si…”, deberías entonces dejar de pensar y hacerlo solamente.
No te preocupes acerca de si tu eBook que estuviste pensando escribir, será un gran éxito, solo escríbelo y comienza a tratar de venderlo. Si es un fracaso, cosecharás la recompensa a largo plazo, y si es una bomba, aprenderás algo que hará tu próximo proyecto más exitoso. ¿Te estás preguntando si deberías empezar esa compañía con la que estuviste soñando por años? Deja de preguntártelo y comienza. En vez de analizar cada pequeño detalle de la web que has estado pensando lanzar, lánzala y preocúpate de la perfección a medida que avanzas. Una vez que comiences a recibir la retroalimentación de tus clientes, puedes comenzar a hacer los cambios y mejoras que les preocupan a ellos.
¿Cómo te sentirías si alcanzas el éxito más allá de tus sueños más locos? Te diré exactamente cómo te sentirías; tendrás el peor caso de sentimientos encontrados que nunca tuviste en tu vida. El Júbilo sobre tu éxito y el remordimiento de no empezar lo antes posible, así es que evita que tus excusas tomen el control de tus acciones y sal allá afuera y persigue tus sueños.

viernes, septiembre 20, 2013

Comenzando con tu propio negocio





Ser emprendedor y comenzar tu propio negocio está cargado de valentía, pero no podrás hacerlo solo. Aquí te damos algunas sugerencias para dar los primeros pasos.

Primeros pasos para ser emprendedor

¿Piensas comenzar con tu propio negocio o emprendimiento? Pues no se trata sólo de reunir dinero y comprar la maquinaria. Si tienes un plan desarrollado, bien calculado, listo para ponerse en ejecución puedes adelantar algunos pasos, pero ya sea que lo tengas o no, hay algunos buenos consejos que los grandes emprendedores han querido compartir con los jóvenes y deseosos futuros empresarios.

Lo primero a definir es el tipo de negocio, su producción, sus necesidades (incluyendo costos e inversiones –maquinaria, materia prima, entrenamiento, educación, todo lo que fuera necesario-) y comenzar a esbozar un plan adecuado. Luego, o quizás incluso al mismo tiempo, pero ya con el proyecto al menos pensado, estos son los trucos que hicieron a los grandes millonarios de hoy lo que son:

Buscar un mentor

Hallar un mentor, una fuente de inspiración, un modelo a seguir y del cual aprender no es un paso menor. El mentor es como un buen padre para un hijo: es el que te guía, confía en ti y te anima a seguir adelante en tu camino, con un ojo atento por sobre tu hombro para advertirte de los obstáculos y animarte a sortearlos.

Hallar un mentor puede ser algo complicado, por lo que debe prestar atención a la elección. Puede ser un exitoso referente de la industria, del sector o del rubro de tu interés, e incluso de un rubro distinto, o bien un coach o asesor profesional. Debe ser alguien a quien admires, con buenos conocimientos, y con ganas y disposición para ser tu mentor. Recuerda: se trata de un ejemplo, de un modelo, y no del maestro titiritero que “te dirá qué hacer”.

Los buenos críticos

A menudo solemos ser demasiado indulgentes o demasiado estrictos con nuestras propias ideas y proyectos. Por ello, debes confiar en críticos conocedores para evaluar tu proyecto, o el avance y desempeño del mismo.

Los críticos que elijas (conviene que sean en número impar, tres o cinco, ni más ni menos) han de ser objetivos. Si tienen competencias o fuertes sentimientos hacia ti, ya sean de envidia, odio o ira, o también amor, enamoramiento u otro similar, no podrán juzgar adecuadamente tu labor en las mayores de las probabilidades. Será mejor confiar este análisis crítico a personas recomendadas, pero desconocidas, cuya labor sea la de hacer análisis o bien cuyo oficio nada tenga que ver con el tuyo, pues esto sería una invitación a la envidia profesional que no deseamos encontrar.

Inversores o participantes

Si tienes inversores dispuestos a colaborar en los inicios de tu actividad o negocio, asegúrate de establecer claramente las pautas de su presencia. No es lo mismo si tienes un socio capitalista (es decir, alguien en tu mismo status que ha aportado dinero) que un inversor (alguien que sólo ha aportado dinero).
De igual modo, el inversor regular y el inversor accionista tendrán una participación en la toma de decisiones empresariales, mientras que el inversor silencioso no posee participación (ni opinión) en la actividad de la empresa, sino que funciona como un inversor a plazo fijo: ha depositado tanta cantidad de dinero, tal día se le devolverá X cantidad de dinero.


Asegúrate de establecer las pautas, de modo de no tener más opiniones de las necesarias, pero también recuerda que un sabio emprendedor sabe escuchar, valorar y estimar las opiniones de los demás, pues nunca se sabe cuál de ellas, aunque incorrecta, sea la simiente para una nueva y brillante idea de negocios.